martes, 14 de septiembre de 2010

Escape

Atrapada en un pensamiento podrido.
Entro en la alcantarilla del óxido.
Me funde el calor angosto.
Atravieso paredes huecas,
fábricas de aire viciado.
Capa traslúcida, déjame ver el sol.
El aire puro es punzada que ahoga.
Después…

Agua y viento.

lunes, 26 de julio de 2010

Volar

Recuerdo el mejor momento de mi vida.

Era una gaviota que, libre, volaba sobre el océano.

Ritmo constante de avance, sonido afinado del medio salado, viento del sur, calma.

A lo lejos, vi un destello, una estrella guiaba mi camino. Fui volando hasta ella.

Desde entonces soy un pequeño punto flotando en el universo y me ilumino cuando tú miras el cielo en las cálidas noches de verano.

A la fuerza me despido

El ángel de la luz no me ha dejado contarte nuevas cosas.

El ángel de la luz no te las ha dejado oir.

Te ha llevado con aquellos que un día amaste separándote de todos los que piensan en tí.

El ángel de la luz lo ha convertido todo en tinieblas.

domingo, 18 de julio de 2010

Meditaciones

"Al amanecer, dite a ti mismo: me voy a tropezar con un indiscreto, un desagradecido, un insolente, un envidioso, un insociable. Todo esto les sucede por su ignorancia del bien y del mal."

domingo, 18 de abril de 2010

La pluie

Guardaba el agua en un pozo que tapaba cada noche y lo cerraba con llave.

Cuando quería echaba el cubo y lo sacaba lleno, introducía en él sus largas manos y se regocijaba de la frescura que sentía.

Al principio las cerraba bien cuando jugaba con ella, la pasaba de una mano a otra. Aún así caían gotas al suelo. Después, lo que sobraba volvía a echarlo al pozo. Le gustaba jugar con el agua. Mucho.

Estaba al acecho los días de lluvia para abrir su pozo. Otras veces, era simple agua de riego que no quería guardar.

Poco a poco, el tesorero del agua, descuidó sus manos al bailarla, no prestaba tanta atención al juego, tenía tan lleno el pozo que aprendió a bailar en los charcos que formaba, saltaba como en una ceremonia india, sus manos, sus brazos, sus pies,...

El agua es fuerte y siempre encuentra el camino de la libertad.

Aunque el tesorero acostumbrado a encerrarla sabe que tarde o temprano lloverá en otro lugar.

martes, 9 de marzo de 2010

La Caracola


Es un día gris. Nubes grises empañan el azul del cielo, y sus sombras oscurecen el mar. También es gris.

Yo, ahora, soy gris, todo en mí es gris, menos mis gafas que son negras.

Los peces son grises, el castillo de Peñíscola está gris, mi alma no destaca, es gris. La silla sí destaca, es roja.

La arena de la playa no está cálida, y no es gris, es marrón, marrón oscuro.

Todo es diferente a la última vez que estuve aquí, todo menos la cresta de la ola que sigue siendo blanca.

domingo, 14 de febrero de 2010

Juegos olímpicos de Vancouver 2010


Canadá, pais del primerísimo mundo donde todas las desgracias que ocurren son sólo causa de la fatalidad. No hay errores, las pistas son fantásticas, los accidentes designio de los dioses, porque todo es perfecto, todo está probado, todo ha sido controlado desde hace años. Por eso han sido elegidos, por ser los mejores.


El hecho es que un muchacho giorgiano de veintiun años ha perdido la vida tras salirse de la pista de hielo en una curva, donde la velocidad puede hacer saltar la tabla por encima de la barrera de hielo, y no hay metacrilato resistente, ni valla que impida salir despedido por la fuerza centrífuga alcanzada. Y siguiendo la pista , como guardianes del hielo, columnas de hierro sin protección, y contra uno de esos guardianes acabó la historia del muchacho.


Una madre, deshecha por el dolor de perder a su hijo, deportista de élite, lleno de fuerza y salud, arrugada por la vida y olvidada por el destino. Ya otra madre sin hijo. Una herida abierta para el resto de su vida. ¿Qué vida? Una madre sin hijo no vive, es una cadaver que se desplaza.


¿Qué hubiera pasado si el muerto hubiera sido canadiense y los juegos hubieran sido en Georgia?