domingo, 14 de febrero de 2010

Juegos olímpicos de Vancouver 2010


Canadá, pais del primerísimo mundo donde todas las desgracias que ocurren son sólo causa de la fatalidad. No hay errores, las pistas son fantásticas, los accidentes designio de los dioses, porque todo es perfecto, todo está probado, todo ha sido controlado desde hace años. Por eso han sido elegidos, por ser los mejores.


El hecho es que un muchacho giorgiano de veintiun años ha perdido la vida tras salirse de la pista de hielo en una curva, donde la velocidad puede hacer saltar la tabla por encima de la barrera de hielo, y no hay metacrilato resistente, ni valla que impida salir despedido por la fuerza centrífuga alcanzada. Y siguiendo la pista , como guardianes del hielo, columnas de hierro sin protección, y contra uno de esos guardianes acabó la historia del muchacho.


Una madre, deshecha por el dolor de perder a su hijo, deportista de élite, lleno de fuerza y salud, arrugada por la vida y olvidada por el destino. Ya otra madre sin hijo. Una herida abierta para el resto de su vida. ¿Qué vida? Una madre sin hijo no vive, es una cadaver que se desplaza.


¿Qué hubiera pasado si el muerto hubiera sido canadiense y los juegos hubieran sido en Georgia?

sábado, 13 de febrero de 2010

Los Pecados Capitales

Sombra gris que empaña la vida
Ondea tu rostro sobre los demás
Borrachera de orgullo sin resaca
Exageras el amor de tu opinión
Rebajando cualquier otra
Bajeza de raza inútil
Ignorancia altanera disimulada
Arrogancia que deja indiferente

Antepongo los tesoros terrenales
Vacío los bolsillos ajenos porque son míos
Antes de que adivinen mis intenciones.
Recuento mis pertenencias, una y otra vez.
Ignoro las necesidades de los otros.
Cojo lo que debo, más y más, para mí, sí.
Imbéciles que llegan a mi puerta pidiendo soluciones
Ayuda tendrán si me lo dan todo.

Lasciva la vida
Unión de pasión y deseo.
Jadeos, sudor y sexo.
Unos, otros, todos.
Recolecto amuletos carnales
Imperio de altas y bajas camas
Amanecerá y seguiré vacío.

Intentas que comprendan su error
Rabia incontenida sin voluntad
Aparta tu vida de mí antes de que te la arrebate.

Grandes mesas repletas de manjares
Uvas fermentadas les acompañan
Letargo eterno hasta acabar con todo
Antesala a la imposibilidad de parar.

Equiparas tus virtudes a las de los demás
No te quieres, siempre te ganan
Vives para superarlos y nunca puedes
Idealizas lo ajeno sin saber que también es tuyo
Derrochas tu energía en competir
Inútilmente deseas lo que nunca te pertenecerá.
A cada uno le dan un tesoro.

Pescando en el lago de las palabras
Enredado el cebo entre la maleza de la orilla,
Retiraba la caña con obsesión ingenua
En la dirección equivocada
Zozobrando en las oscuras profundidades
Alcancé el fondo donde poder respirar.