jueves, 14 de mayo de 2009

Veneno

Me alegra verte amigo, aunque sólo seas tu sombra escondida tras la niebla de tus ojos. ¿Dónde guardas la soledad para que no duela?

Puedo mirar a otro lado, puedo reir contigo un rato y marchar. No quiero, no quiero arrepentirme de lo que no hice, acaso sólo de lo que hago. Por eso te abrazo, y lloras porque sientes el cariño que demandas, ahora mi corazón late por tí.

Eres el muchacho que conocí hace ya demasiados años. No quiero ver como tiemblan tus manos, hasta ellas ha llegado el dolor que te metió en el vaso.

jueves, 7 de mayo de 2009

El poder más fuerte

Porque le engañaste. Porque no le dijiste que la hija que esperabas no era suya. Porque no le quisiste nunca. Porque te pegaba con saña. Porque le dijiste que no era mi padre. Porque desde entonces me pegó. Porque yo tenía la culpa de todo. Porque me diste dos hermanos. Porque me pegabais los dos. Porque le denuncié. Porque no declaré contra ti. Porque me llevaron a una casa de acogida. Porque siempre me he buscado la vida. Porque quiero a mis hermanos y su padre les pegaba. Porque ya no estás con él. Porque no mereces ser madre. Te quiero.

Porque te di mi amor desde que supe que venías. Porque te cuidé cuando enfermaste. Porque no dormía velando tu cuna, tu cama. Porque renuncié a todo para verte crecer. Porque quise que fueras un buen hombre. Porque algo hice mal. Porque ya no me necesitas. Porque no me venías a ver. Porque tampoco me llamas. Porque soy una carga molesta. Porque muero. Porque no mereces llamarte hijo. Te quiero.

martes, 5 de mayo de 2009

Cosas que pasan 1

Estoy porque con el tiempo os quiero, porque la costumbre me hace permanecer, porque ni siquiera soy un joven. Hoy tomo mi primera decisión, ya me dejan decidir.

Soy el primero en llegar, como siempre, pero hoy esperaré, porque puedo, porque me dejo y porque quiero. Su entrada está acompañada de la ovación y aplausos de sus compañeros de equipo.

-Dime, ¿por qué llegas tarde?
-Porque me voy.
-¿Cómo que te vas?
-Hace mucho que entreno para no jugar.
-No te esfuerzas.
-Tres minutos de partido, cuatro tapones, dos canastas. Me voy.
-Tú sabrás lo que haces. Eres libre para irte.

Probablemente, nunca sabrá que él también era libre para impedir que se fuera.

El problema no siempre es abandonar, sino dejar que el otro se vaya.

Diego, eres un gran muchacho, ya te echo de menos.